LAS FIESTAS DEL APOSTOL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA ACOGERÁN LAS ACTUACIONES DE TÉCANELA Y THE NEW RAEMON

Las Fiestas del Apóstol llegan este año 2020 con una edición en la que priman las propuestas con un formato reducido, para todos los públicos y con la seguridad que requieren las circunstancias excepcionales en las que nos encontramos. Las fiestas tendrán lugar entre el 17 y el 31 de julio y serán de acceso gratuito, aunque habrá que reservar entrada a través de reservas.gal para controlar los aforos.

TéCanela actuará el miércoles 22 de julio a las 22:00 horas en la Plaza de la Quintana. Este dúo de cantautorxs formado por Jano Fernández, guitarra y voz, y Ariadna Rubio, voz y flauta travesera nos deleitará con su música de mestizaje de estilos y ritmos, con letras cargadas de optimismo, humor y buen rollo, pero también de ironía y crítica social. Sus canciones son reflejo de su sentir y de la realidad que les rodea. En 2015 comenzaron a dar sus primeros conciertos y después de girar durante dos años por diferentes salas de España y Latinoamérica, a finales de 2017 lanzaron su primer disco “Las dos caras del hilo”. Desde entonces, el dúo ha seguido creciendo, participando en numerosos festivales y llenando salas a lo largo de todo el país.

Por su parte, The New Raemon presentará su séptimo disco, ‘Coplas del andar torcido’ el viernes 31 de julio a las 21:00 horas en el Parque de Galeras. Esta es su obra más personal, madura y visceral. Ramón Rodríguez refleja aquí el drama cotidiano de hacerse mayor, la angustia del hombre ante la incertidumbre y la deriva del mundo. El resultado son once canciones concentradas, épicas y serenas a la vez.

En la intimidad de sus refugios musicales del Maresme, Ramón ha desatado su vena más jonda y telúrica, entretejida con un poso gótico, oscuro. Este es un disco marcado por la guitarra acústica, los arreglos electrónicos que otorga David Cordero y salpicado con el exquisito violoncello de Antonio Fernández Escobar. La parte instrumental lleva a bellos parajes rebosantes de melancolía; en el puente de El árbol de la vida, brillan las cuerdas. También hay paisajes inéditos y desatados, como Días de rachas grises. En ella, Ramón sale de su registro diferente al habitual. Su voz se acerca al cante, mientras una batería galopante desata la furia aflamencada.